No podía correr más rápido.Sus pies no eran capaces de ir más deprisa.
¡Tenía que un secreto que compartir y había mucha urgencia en llegar !
Su amigo de tantos años tenía que ser el primero en conocer la noticia.
Sin falta, esa misma noche acudiría a su encuentro.Tenía necesidad de contarle tantas y tantas cosas...
Su amistad venía de lejos. Tanto ya, que no recordaba exactamente el primer momento del encuentro entre ambos, pero sí supo al instante de conocerse, que serían inseparables.
Fue el primero que vislumbró en su cara, la preocupación ante los diminutos granos que asomaban en su rostro adolescente.
Tambien fue el primero que contempló impasible, como rodaban las primeras lágrimas de desamor y desengaño,aquellas que lloró por Nicolás,el pecoso de quinto curso de primaria que no le hacía el menor caso, y que para colmo de males, le escondía sus cuadernos de dibujo.
Y fue el único que pudo observar con detenimiento, como se ruborizaba cada vez que abría su libro de poemas de Bécquer, y sin parpadear siquiera, recitaba uno de sus versos cómo si de una piadosa oración se tratase, deteniéndose con especial ensimismamiento ante uno de ellos, repitiendo sin cesar una y otra vez:
"No hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre,triste humilde ,altivo,
enojado, valiente,futitivo,
satisfecho,ofendido,receloso..."
Entonces,Delia se volvía a mirarle , y sin pestañear, le hacía una pregunta a la que él era incapaz de responder:
-"¿Tú crees que me quiere de veras ?¡Estoy tan confundida!
Y así, escondido en su dormitorio durante años, fue testigo de todos los cambios que a lo largo del tiempo, tuvo la muchacha de los cabellos del color de la miel.
Ella le hacía compañía cada tarde al salir de la escuela.Compartían las horas mientras la muchacha canturreaba alegremente, o se probaba vestidos sin importarle lo más mínimo que la viera en cueros,o hacía los deberes que le mandaban sus profesores,o recitaba en voz alta mirándole fijamente y paboneándose de lo buena oradora que era. Y él, disfrutaba enormemente al verla tan llena de vida y energía.Y teniéndola para él solo, sin nadie más a su alrededor.
Cuando cumplió los diecisiete años, su madre le dio permiso para darse un poco de color en los labios y en las mejillas. Y fue entonces cuando contemplando su rostro tan de cerca, sintió que su cuerpo se resquebrajaba por completo...¡Cuánto la quería!
Esa noche,al abrigo de la luz de las estrellas, la niña de sus ojos le esperaba con un brillo especial en la mirada.
Estaba muy enamorada, y además,era correspondida..¡Ésa era la gran noticia!
En breve se marcharía de aquella casa para emprender una nueva vida, y el viaje en barco haría imposible que le llevara con ella.
Un espejo tan grande era muy complicado de transportar.
Y además, si se rompía, decían, traía muy mala suerte a su dueño.
Adiós, niña del cabello del color de la miel.
Adiós, jovencita soñadora y romántica, ávida lectora de poemás de amor.
Adiós,mujer soñada por el reflejo de un espejo que jamás olvidará tu rostro.
A partir de ahora, sólo veré el pálido lienzo que me cubrirá por entero.
Adiós... ♣