Solo tenía que cerrar los ojos para empezar a soñar.
Se túmbó al borde de la orilla del caudaloso río, y con la mirada puesta en el infinito, dejó volar su imaginación.
Transcurridos unos minutos, pudo contemplarse sentada en el cráter blanquecino del segundo izquierda ; ése que tiene la Luna según la miras desde el pequeño horizonte de tus ojos..
Le colgaban las piernas..¡ Era tan diminuta !. ¡ Y la Luna tan grande ! Pero se sintió segura y feliz allá arriba.
La asombrosa perspectiva que le ofrecía su nueva posición, hizo que relativizara todo lo acontecido..
Y decidió quedarse allí.
Total, solo tenía que permanecer durmiendo un poco más..
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