domingo, 30 de marzo de 2014

Por la ventana ♣

Se acercó despacio a la ventana...
Con la yema de los dedos, sujetó la cortina de encaje que colgaba de una  pared que andaba ya, envuelta en muchos años. 
Su tacto, entonces aterciopelado y suave, le resultó áspero y demasiado granuloso.
Le ocurría como a ella, sí. Los inviernos pasan por la piel al igual que lo hace el trillo por las eras...
Y en cada surco, una historia.
Y cada historia trae adosada tras de sí un nombre.
Y no todos esos nombres son recordados con la amabilidad del buen recuerdo, no.Algunos pellizcaban sus entrañas lacerando su corazón añejo.
Caía lánguidamente la tarde.
El color del horizonte se tornaba cada vez más plomizo y difuminado. Demasiada oscuridad para su cansada  vista. Demasiada humedad para sus huesos. Demasiadas lágrimas para sus ojos.Todo era un exceso para ella. Nada era ya motivo de alegría o sorpresa.
Se acercó despacio a la ventana...
La melancolía rondaba su casa desde hacía algún tiempo.
Y ella quería que entrara.






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