jueves, 3 de abril de 2014

Fidelidad alada ♣

Diminuto y vivaz.
Es el único que no me abandona en el invierno.
Incluso se posa en mis ramas desnudas, aún sabiendo que así, queda expuesto a los ataques de las cotorras, alborotadoras chillonas que rompen el silencio de los parques.
No posee los  bellos colores de los jilgueros.
No trinó jamás como lo hacen los ruiseñores
No surcó nunca el vuelo mayestáticamente cuál águila real buscando el diario alimento.
Es rechoncho, pardusco,y quizá,  algo vulgar en su  aspecto, pero tiene un brillo en sus ojos digno de un búho real.
Comparte  con sus compañeros, las migas de pan que dejan las meriendas de los chiquillos cada tarde, alegrándose por el festín que para ellos supone el cambio de dieta.Los gusanitos y los insectos nunca escasean, bien sea otoño, o primavera.
Y mientras llegan los primeros brotes a mi vida, las caricias de sus patas me hacen estremecer de alegría.Y despiertan en mí sentimientos ya dormidos. O quizá estén tan sólo hibernando..¡ Quién sabe !
Y suena en el aire una canción de Serrat que dice:" Y le da pena el canario, pero no envidia a un halcón.Le gusta volar bajito como un gorrión"
Y de nuevo, al caer la tarde, mis amigos más fieles vuelven a posarse sobre mí.Y vuelvo a sentirme vivo.
¡ Mis gorrioncillos ! ♣


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